Universidad Autónoma de Durango campus Zacatecas
La diabetes es una enfermedad crónica, no
trasmisible, con predisposición hereditaria y factores ambientales que
favorecen su incidencia. La correcta composición de la dieta es importante
porque promueve el mantenimiento metabólico óptimo con concentraciones de
glucosa cercanas a las normales. Este artículo revisa los aspectos relacionados
con el tratamiento nutricional de la diabetes, los objetivos de la dieta y el
aporte de energía, macronutrientes y micronutrientes que satisfagan los
requerimientos de acuerdo con la edad y el estado fisiológico para prevenir,
retardar o tratar las complicaciones agudas, intermedias o crónicas de la
enfermedad.
HISTORIA
“Cualquier enfermedad que pueda ser curada sólo con dieta no debe ser
tratada de otra forma” (Maimónides, 1199)
La importancia de la dieta en el tratamiento de la diabetes ha
sido reconocida durante siglos por distintas culturas. Ya en el papiro de Ebers
(1550 AC) se recomiendan intervenciones nutricionales específicas para tratar
la diabetes. Lo mismo hace Galeno y Areteo de Capadocia (s.II DC), y
posteriormente Avicena (1020) y Abd El Latif Al Baghdadi (1225). Más
recientemente y con el mayor conocimiento de la etiopatogenia de la diabetes
aparecen la dieta de “Carne y Grasa” de Roll en 1797, las dietas completas de
albúmina y grasas de Naunyn (1898), y las “Curas de Avena” de von Noorden (1938)
. Antes del descubrimiento de la insulina en 1922 por Banting y Best el manejo
dietario era el único tratamiento posible para las personas con diabetes, que
en su mayoría eran diabéticos tipo 1. Durante el último medio siglo el
escenario ha cambiado y hemos sido testigos del impactante aumento de la
obesidad en todo el mundo.
Si bien las causas de esta verdadera pandemia son múltiples, hay
un aspecto que debe llamar nuestra atención: hemos heredado los genes de
nuestros ancestros cazadores y recolectores, quienes sobrevivieron por tener la
capacidad de almacenar nutrientes como tejido adiposo para ser utilizados en
periodos de carencia, los que son en la actualidad prácticamente inexistentes
Lo anterior explica por qué una adecuada nutrición sigue siendo
considerada el pilar del tratamiento de la diabetes aún cuando se dispone de numerosos
tipos de insulina y fármacos hipoglicemiantes.[1]
TIPOS DE DIABETES[2]
Existen
varios tipos de diabetes:
Ø Tipo
1:
El páncreas no produce insulina. Son insulinodependientes.
Ø Tipo
2:
El páncreas produce insulina pero el organismo no la puede utilizar
adecuadamente
Ø Gestacional
Ø Otras
CARACTERISTICAS PARTICULARES DE LA
DIABETES
TIPO I
|
TIPO II
|
|
Edad de iniciarse
|
Usualmente
< 30 años
|
Usualmente
> 40 años
|
Peso Corporal
|
Delgado
|
Generalmente con
sobrepeso
|
Aparición
|
Brusca
|
Lenta
|
Insulina
producida
|
Ninguna
|
Demasiado poca o
inefectiva
|
Insulina
requerida
|
Necesita inyectarse
insulina
|
Puede necesitar
insulina
|
Otros nombres
|
Diabetes juvenil
|
Diabetes del adulto
|
OBJETIVOS PARA EL TRATAMIENTO Y
PREVENCIÓN DE LA DIABETES[3]
v Lograr y mantener los resultados
metabólicos óptimos, que incluyen concentraciones de glucosa cercanas a lo
normal mediante el tratamiento equilibrado de la ingestión de alimentos,
insulina y actividad física.
v Proporcionar la energía adecuada
para mantener o lograr el peso razonable en los adultos, los índices de
crecimiento y desarrollo normales en los niños y adolescentes, el aumento de
las necesidades metabólicas durante el embarazo y lactancia o la recuperación
en caso de enfermedades catabólicas. Para los adultos mayores, satisfacer sus
necesidades nutricionales y psicosociales.
v Prevenir y retardar las
complicaciones agudas en la diabetes tratada con insulina, como la
hipoglucemia, las enfermedades a corto plazo y los problemas relacionados con
el ejercicio físico
v Prevenir y retardar las
complicaciones a largo plazo, como enfermedad renal, neuropatía autónoma,
hipertensión y enfermedad cardiovascular.
NUTRICIÓN
EN LA DIABETES
La
dieta del diabético es una alimentación rica y variada, apropiada para toda la
familia. Junto con la medicación y el ejercicio, la alimentación correcta es el
pilar más importante sobre el que se basa el tratamiento de la diabetes.[4]
La ingestión dietética recomendada
(IDR) es de 55 a 65% del total de la energía. Deben incluirse principalmente polisacáridos
como granos enteros, leguminosas y vegetales la recomendación de monosacáridos
y disacáridos es menor de 40 g/día, de preferencia frutas y vegetales, que deberán
ingerirse con moderación. Incorporar el consumo de alimentos con bajo índice
glucémico porque a largo plazo promueven el incremento de las lipoproteínas de
alta densidad (HDL). Una dieta con suficientes hidratos de carbono provenientes
de almidones previene la disminución de las HDL, promueve el incremento de la
sensibilidad a la insulina y el mantenimiento o disminución del peso
La ingestión dietética recomendada
es de 12 a 16% del total de la energía. Si el consumo de alimentos de origen animal
es elevado se provoca hiperfiltración renal, lo que favorece la aparición de
nefropatía diabética.
En
personas con DM2 la ingesta de proteínas no incrementa las concentraciones
de
glucosa en plasma. Aunque las proteínas son un potente estimulo de la secreción
como los carbohidratos. Para personas con diabetes, especialmente aquellos que
no tengan un control óptimo de glucemia, los requerimientos protéicos deberían ser
mayores que los recomendados por la Dietary Allowance aunque no superiores a
los de la ingesta habitual del paciente
Lípidos
La ingestión dietética recomendada
es de 30% del total de la energía; menos de 10% debe provenir de grasa saturada
y trans, grasa monoinsaturada de 12 a 15%, poliinsaturada menor de 10% y
colesterol menor de 200 mg al día. El alto consumo de colesterol y grasa
saturada está relacionado con el incremento en el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Se recomienda reemplazarlas por grasa monoinsaturada, pues con ello se reduce
la concentración de triglicéridos en el plasma, de las lipoproteínas de muy
baja densidad (VLDL) y colesterol total/HDL.
La dieta baja en grasa (menos de 19%
de las kilocalorías totales) no aporta suficientes ácidos grasos esenciales y
algunos micronutrimentos, sobre todo vitamina E y cinc en individuos con
enfermedades cardiacas; también disminuyen las HDL.[5]
RECOMENDACIONES NUTRICIONALES[6]
COMPONENTE
NUTRICIONAL
|
RECOMENDACIÓN
|
Calorías
|
20 a 35 Kcal por kg de peso/día. Las
suficientes para lograr y mantener un
peso corporal saludable
|
Carbohidratos
|
No <130 g/día y según requerimientos
fisiológicos. Preferir carbohidratos
complejos. Reemplazar aquellos simples
por edulcorantes. Distribuir considerando
terapia farmacológica.
|
Grasas
|
<7% de las calorías totales deben
provenir de grasas saturadas. Reducir
grasas trans y colesterol a menos de 200
mg/día.
|
Proteínas
|
1.0 a 1.2 g/kg de peso/día.
Adecuar según función renal y excreción
de albúmina.
|
Vitaminas y Minerales
|
Cubrir necesidades fisiológicas.
|
Fibra
|
25 a 30 g/día.
|
RECOICIO
[1]
P. Manzano, A. Simal, F. Botella:
Nutrición en la Diabetes Mellitus. En A. Jara Albarrán: Endocrinología.
(Primera Edición) Madrid, Editorial Médica Panamericana S.A., 2001. Páginas
537–546.
[3] Martha Patricia Reyes
Ramírez, José Antonio Morales González, Medicina Interna de México Volumen 25, núm.
6, noviembre-diciembre 2009, Pág 455
[5] Martha Patricia Reyes Ramírez, José Antonio Morales González, Medicina Interna de
México Volumen 25, núm. 6, noviembre-diciembre 2009, Pág. 456
[6] [6] Martha Patricia Reyes
Ramírez, José Antonio Morales González, Medicina Interna de México Volumen 25, núm.
6, noviembre-diciembre 2009, Pág 589
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