Universidad autónoma de
Durango campus Zacatecas
Durante
las últimas décadas, se ha incrementado la mortalidad por enfermedades
cardiovasculares, hasta llegar a constituirse en la primera causa de mortalidad
en los Estados Unidos Mexicanos. Entre las principales causas para el
desarrollo de estas enfermedades se encuentra la aterosclerosis, la cual juega
un papel central en tres de las primeras cinco causas de muerte en México.
La aterosclerosis
es un proceso multifactorial causado por factores de riesgo que dañan al
endotelio en forma crónica. Entre las que se encuentran la edad, herencia, el
tabaquismo, la vida sedentaria, la dieta no saludable, la elevación de la
presión arterial sistémica, sobrepeso y obesidad, la elevación de los niveles
de
Glucosa,
así como niveles de lípidos séricos inadecuados.
Las
dislipidemias son unos de los principales factores modificables de riesgo
cardiovascular. El escrutinio y el tratamiento de las dislipidemias es
costo-efectivo en toda la población mayor de 20 anos. Además, las dislipidemias
y la hipertensión arterial se encuentran asociadas frecuentemente y presentan
un efecto sinérgico sobre el riesgo cardiovascular.
Las
dislipidemias pueden obedecer a causas genéticas o primarias, o a causas
secundarias. En el caso particular de la hipercolesterolemia secundaria, se
consideran como causas: la Diabetes, la obesidad, el hipotiroidismo y el síndrome
nefrotico.[1] Las dislipidemias o hiperlipidemias son
trastornos en los lípidos en sangre caracterizados por un aumento de los
niveles de colesterol o hipercolesterolemia e incrementos de las
concentraciones de triglicéridos o hipertrigliceridemia. Son entidades
frecuentes en la práctica médica, que acompañan a diversas alteraciones como la
diabetes mellitus tipo 2 la gota, el alcoholismo, la insuficiencia renal
crónica, el hipotiroidismo, el síndrome metabólico y el empleo de algunos
fármacos. La prevalencia es variable. En sujetos sanos se reportan cifras de
57,3 % para la hipertrigliceridemia y de 48,7 % para la hipercolesterolemia;
valores más altos en pacientes con resistencia a la insulina[2]
Las
dislipidemias aumentan el riesgo de aterosclerosis porque favorecen el depósito
de lípidos en las paredes arteriales, con la aparición de placas de ateromas, y
en los párpados (xantelasma) y en la piel con la formación de xantomas. El
aumento excesivo de los triglicéridos (TG) por encima de 11,3 mmol/L incrementa
las probabilidades de pancreatitis aguda, caracterizada por un intenso dolor
abdominal con vómitos que constituye una urgencia médica. Las dislipidemias,
por su elevada prevalencia, aumentan el riesgo de morbilidad y muerte por
diversas enfermedades y el carácter tratable de sus afecciones, y se convierten
en un problema de salud en el mundo y en nuestro país por los graves daños que
provoca en los pacientes afectados[3]
Las
causas más comunes de una dislipidemias son las siguientes:
Consumo excesivo de grasas y azúcares
Consumo excesivo de alcohol
Diabetes
Hipotiroidismo
Algunos medicamentos
Defectos hereditarios
Sobrepeso
Generalmente no existen síntomas. Pueden
existir depósitos de grasa en piel o tendones (xantomas).Los
triglicéridos muy elevados pueden ocasionar dolor abdominal y pancreatitis,
además es causa frecuente de fatiga, zumbido de oídos y dolor ardoroso en
miembros inferiores. Sin embargo las dislipidemias traen consigo complicaciones
como: infartos, infartos cerebrales, pancreatitis, entre otros.[4]
Detección de dislipidemias
En
personas mayores de 20 años de edad, se puede realizar una prueba de detección
rápida (Química seca) aunque es necesaria la medición del perfil de lípidos y
calculo de lipoproteínas (CT, C-HDL, C-LDL, C-no-HDL y TG) en sangre. En
personas sin factores de riesgo cardiovascular y en quienes la Medición de los
lípidos se encuentre en los límites recomendados en el Apéndice A, se realizara
la repetición de la medición cada cinco anos. En personas con factores
de riesgo o antecedentes familiares de trastornos de los lípidos, diabetes, Hipertensión
arterial o enfermedad cardiovascular manifiesta, se debe de realizar a partir
de los 20 años de edad, y con una periodicidad anual o bianual de acuerdo con
el criterio de los profesionales de la salud.
Tratamiento nutricional
El
objetivo general de la terapia nutricional es reducir la ingestión de grasas
saturadas, grasas trans y colesterol, manteniendo a la vez una alimentación
balanceada. En caso de que exista obesidad, es indispensable lograr la
reducción del peso corporal, A partir del momento en que se llegue a las
metas de tratamiento, cada paciente sera ingresado a un programa de vigilancia
a largo plazo, en el cual, durante el primer ano se le revisa trimestralmente
y, después, dos veces por año. En estas visitas, además de la medición del
colesterol, se refuerzan las medidas dietéticas y de actividad física.[5]
Alimentos y nutrientes
El ácido graso omega 3 se encuentra
en los pescados grasos como el salmón, en la soya, las nueces, los caracoles de
tierra (los de Creta tienen más omega 3 que los de Francia), en los higos y en
las verdolagas, un vegetal similar a la acelgas.
Los omega 6 están en los aceites que normalmente utilizamos y tanto en el aceite de soya como en el de oliva siempre son mezclados; nunca un aceite contiene sólo omega 3 o sólo omega 6.
Los ácidos grasos trans están en forma natural en la leche, las margarinas, las golosinas fritas y las coberturas de chocolate. Todos los productos que han sufrido algún procedimiento son ricos en ácidos grasos trans.
Los esteroles se encuentran en margarinas, quesos, yogur y algunos aderezos, y tienen amplia distribución en las hortalizas, pero en muy pequeñas cantidades. Por esto se han creado concentrados de esteroles que se han agregado a los alimentos anteriores para enriquecerlos.[6]
Los omega 6 están en los aceites que normalmente utilizamos y tanto en el aceite de soya como en el de oliva siempre son mezclados; nunca un aceite contiene sólo omega 3 o sólo omega 6.
Los ácidos grasos trans están en forma natural en la leche, las margarinas, las golosinas fritas y las coberturas de chocolate. Todos los productos que han sufrido algún procedimiento son ricos en ácidos grasos trans.
Los esteroles se encuentran en margarinas, quesos, yogur y algunos aderezos, y tienen amplia distribución en las hortalizas, pero en muy pequeñas cantidades. Por esto se han creado concentrados de esteroles que se han agregado a los alimentos anteriores para enriquecerlos.[6]
[1]
Norma Oficial Mexicana NOM-037-SSA2-2002, Para la prevención, tratamiento
y control de las dislipidemias
[2] Munguía-Miranda C, Sánchez-Barrera RG,
Hernández-Saavedra D, Cruz-López M. Prevalencia de dislipidemias en una
población de sujetos en apariencia sanos y su relación con la resistencia a la
insulina. Salud Publica Mex. 2008;50(5):375-82.
[3] Miguel Soca PE. El síndrome metabólico: un alto riesgo
para individuos sedentarios. Acimed. 2009
[4] Aguilar
Salinas CA y cols., Diagnóstico y tratamiento de las dislipidemias, posición de
la SMNE, Revista de Endocrinología y nutrición 2004, Vol 12, No. 1
[5] Norma Oficial Mexicana NOM-037-SSA2-2002, Para la prevención, tratamiento
y control de las dislipidemias