jueves, 8 de noviembre de 2012

DISLIPIDEMIAS

Por L.N. Isabel Adriana Santoyo Riva Palacio

Universidad autónoma de Durango campus Zacatecas

 

Durante las últimas décadas, se ha incrementado la mortalidad por enfermedades cardiovasculares, hasta llegar a constituirse en la primera causa de mortalidad en los Estados Unidos Mexicanos. Entre las principales causas para el desarrollo de estas enfermedades se encuentra la aterosclerosis, la cual juega un papel central en tres de las primeras cinco causas de muerte en México.

 

La aterosclerosis es un proceso multifactorial causado por factores de riesgo que dañan al endotelio en forma crónica. Entre las que se encuentran la edad, herencia, el tabaquismo, la vida sedentaria, la dieta no saludable, la elevación de la presión arterial sistémica, sobrepeso y obesidad, la elevación de los niveles de

Glucosa, así como niveles de lípidos séricos inadecuados.

Las dislipidemias son unos de los principales factores modificables de riesgo cardiovascular. El escrutinio y el tratamiento de las dislipidemias es costo-efectivo en toda la población mayor de 20 anos. Además, las dislipidemias y la hipertensión arterial se encuentran asociadas frecuentemente y presentan un efecto sinérgico sobre el riesgo cardiovascular.

Las dislipidemias pueden obedecer a causas genéticas o primarias, o a causas secundarias. En el caso particular de la hipercolesterolemia secundaria, se consideran como causas: la Diabetes, la obesidad, el hipotiroidismo y el síndrome nefrotico.[1]   Las dislipidemias o hiperlipidemias son trastornos en los lípidos en sangre caracterizados por un aumento de los niveles de colesterol o hipercolesterolemia e incrementos de las concentraciones de triglicéridos o hipertrigliceridemia. Son entidades frecuentes en la práctica médica, que acompañan a diversas alteraciones como la diabetes mellitus tipo 2 la gota, el alcoholismo, la insuficiencia renal crónica, el hipotiroidismo, el síndrome metabólico y el empleo de algunos fármacos. La prevalencia es variable. En sujetos sanos se reportan cifras de 57,3 % para la hipertrigliceridemia y de 48,7 % para la hipercolesterolemia; valores más altos en pacientes con resistencia a la insulina[2] 

 

Las dislipidemias aumentan el riesgo de aterosclerosis porque favorecen el depósito de lípidos en las paredes arteriales, con la aparición de placas de ateromas, y en los párpados (xantelasma) y en la piel con la formación de xantomas. El aumento excesivo de los triglicéridos (TG) por encima de 11,3 mmol/L incrementa las probabilidades de pancreatitis aguda, caracterizada por un intenso dolor abdominal con vómitos que constituye una urgencia médica. Las dislipidemias, por su elevada prevalencia, aumentan el riesgo de morbilidad y muerte por diversas enfermedades y el carácter tratable de sus afecciones, y se convierten en un problema de salud en el mundo y en nuestro país por los graves daños que provoca en los pacientes afectados[3]

 

Las causas más comunes de una dislipidemias son las siguientes:

 

 Consumo excesivo de grasas y azúcares

􀂃 Consumo excesivo de alcohol

􀂃 Diabetes

􀂃 Hipotiroidismo

􀂃 Algunos medicamentos

􀂃 Defectos hereditarios

􀂃 Sobrepeso

 


 Generalmente no existen síntomas. Pueden existir depósitos de grasa en piel o tendones (xantomas).Los triglicéridos muy elevados pueden ocasionar dolor abdominal y pancreatitis, además es causa frecuente de fatiga, zumbido de oídos y dolor ardoroso en miembros inferiores. Sin embargo las dislipidemias traen consigo complicaciones como: infartos, infartos cerebrales, pancreatitis, entre otros.[4]


Detección de dislipidemias

En personas mayores de 20 años de edad, se puede realizar una prueba de detección rápida (Química seca) aunque es necesaria la medición del perfil de lípidos y calculo de lipoproteínas (CT, C-HDL, C-LDL, C-no-HDL y TG) en sangre. En personas sin factores de riesgo cardiovascular y en quienes la Medición de los lípidos se encuentre en los límites recomendados en el Apéndice A, se realizara la repetición de la medición cada cinco anos. En personas con factores de riesgo o antecedentes familiares de trastornos de los lípidos, diabetes, Hipertensión arterial o enfermedad cardiovascular manifiesta, se debe de realizar a partir de los 20 años de edad, y con una periodicidad anual o bianual de acuerdo con el criterio de los profesionales de la salud.

 

Tratamiento nutricional

El objetivo general de la terapia nutricional es reducir la ingestión de grasas saturadas, grasas trans y colesterol, manteniendo a la vez una alimentación balanceada. En caso de que exista obesidad, es indispensable lograr la reducción del peso corporal, A partir del momento en que se llegue a las metas de tratamiento, cada paciente sera ingresado a un programa de vigilancia a largo plazo, en el cual, durante el primer ano se le revisa trimestralmente y, después, dos veces por año. En estas visitas, además de la medición del colesterol, se refuerzan las medidas dietéticas y de actividad física.[5]

 

Alimentos y nutrientes

El ácido graso omega 3 se encuentra en los pescados grasos como el salmón, en la soya, las nueces, los caracoles de tierra (los de Creta tienen más omega 3 que los de Francia), en los higos y en las verdolagas, un vegetal similar a la acelgas.

Los omega 6 están en los aceites que normalmente utilizamos y tanto en el aceite de soya como en el de oliva siempre son mezclados; nunca un aceite contiene sólo omega 3 o sólo omega 6.

Los ácidos grasos trans están en forma natural en la leche, las margarinas, las golosinas fritas y las coberturas de chocolate. Todos los productos que han sufrido algún procedimiento son ricos en ácidos grasos trans.

Los esteroles se encuentran en margarinas, quesos, yogur y algunos aderezos, y tienen amplia distribución en las hortalizas, pero en muy pequeñas cantidades. Por esto se han creado concentrados de esteroles que se han agregado a los alimentos anteriores para enriquecerlos.[6]

 


[1] Norma Oficial Mexicana NOM-037-SSA2-2002, Para la prevención, tratamiento y control de las dislipidemias
[2] Munguía-Miranda C, Sánchez-Barrera RG, Hernández-Saavedra D, Cruz-López M. Prevalencia de dislipidemias en una población de sujetos en apariencia sanos y su relación con la resistencia a la insulina. Salud Publica Mex. 2008;50(5):375-82.
[3] Miguel Soca PE. El síndrome metabólico: un alto riesgo para individuos sedentarios. Acimed. 2009
[4]  Aguilar Salinas CA y cols., Diagnóstico y tratamiento de las dislipidemias, posición de la SMNE, Revista de Endocrinología y nutrición 2004, Vol 12, No. 1
[5] Norma Oficial Mexicana NOM-037-SSA2-2002, Para la prevención, tratamiento y control de las dislipidemias

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